Características Macroscópicas
Ascoma: El cuerpo del hongo es de forma irregular, tuberculada o esférica, a menudo lobulada. Su tamaño es muy reducido, generalmente de 2 a 3 cm de diámetro.
Peridio (Piel): La superficie es de un color marrón claro a ocre, a veces con tonalidades grisáceas. Es muy característica la presencia de verrugas o protuberancias cónicas y gruesas, que le dan un aspecto granuloso o tuberculado. El peridio es de consistencia dura y no se separa fácilmente de la gleba.
Gleba (Carne): El interior del hongo es cavernoso y hueco, no compacto. Está formado por una maraña de láminas, pliegues y cavidades de color gris claro a blanquecino, que le dan una apariencia de esponja o cerebro. No presenta venas blancas como las trufas.
Olor y Sabor: No tiene un olor distintivo o fuerte, y su sabor es poco pronunciado.
Características Microscópicas
Ascos: Los ascos, que son los sacos que contienen las esporas, son de forma esférica a globosa. Son de pared fina y generalmente contienen ocho esporas en su interior. Se encuentran distribuidos por las paredes de las cavidades de la gleba.
Esporas: Las esporas son la clave para su identificación microscópica. Son de un color amarillo pálido y de forma elíptica. La superficie de las esporas está densamente cubierta por una ornamentación muy llamativa de espinas puntiagudas y robustas, que a menudo se fusionan en la base formando una malla incompleta o verrugas.
Hifas: Las hifas que componen la gleba son finas y entrelazadas, formando las cavidades.