Al llegar la primavera ahí están. Aparecen de nuevo. Esas deformidades en la cara superior de la hoja, ese retorcimiento con una especie de ampollas aisladas y cambio de color hacia el amarillo o rojo intenso debido a la pérdida de clorofila, son el síntoma más evidente de una infestación causada por el hongo Taphrina deformans.
Taphrina deformans, el hongo responsable de la lepra del melocotonero (o abolladura de la hoja), es un patógeno que provoca una de las enfermedades más destructivas en los árboles frutales del género Prunus, especialmente melocotoneros y almendros. Lo más interesante es que este hongo vive en un estado saprofito (se alimenta de materia muerta) durante gran parte de su vida, pero se vuelve patógeno bajo condiciones ambientales específicas, lo que lo convierte en una amenaza latente para los cultivos.
Ciclo de vida y desarrollo
El ciclo de vida de Taphrina deformans tiene una etapa principal como saprófita y una etapa parasitaria. El hongo sobrevive el invierno como blastosporas (esporas asexuales en forma de levadura) o conidios en las escamas de las yemas, en las grietas de la corteza y sobre la superficie de las ramas.
Cuando las condiciones son adecuadas, generalmente en primavera con temperaturas frías (10-21 °C) y alta humedad, se disemina con la lluvia, las esporas germinan y producen hifas que penetran directamente en las células jóvenes de las hojas en desarrollo. Una vez dentro, el hongo crece de forma intercelular, causando la hipertrofia (crecimiento excesivo) de las células del hospedador, lo que da lugar a la característica deformación de las hojas. Con el tiempo, el hongo forma un micelio subcuticular que produce ascosporas, las cuales se liberan y reinician el ciclo.
Fase Saprófita
La fase saprófita es el estado en el que el hongo sobrevive y se alimenta de materia orgánica muerta o se mantiene en una forma de vida latente.
¿Dónde y cómo sobrevive? Durante el otoño y el invierno, el hongo se mantiene en forma de blastosporas (esporas de levadura) o conidios en la superficie de las ramas, en las escamas de las yemas y en las grietas de la corteza del árbol huésped.
Características: En esta fase, el hongo se comporta como una levadura. Estas esporas son resistentes y pueden sobrevivir a condiciones adversas. Se alimentan de azúcares y otros nutrientes presentes en la superficie del árbol, pero no causan daño a la planta.
Esta fase es crucial para la supervivencia del hongo a largo plazo, permitiéndole esperar las condiciones ambientales adecuadas para pasar a su estado más destructivo.
Fase Parasitaria
La fase parasitaria se activa cuando las condiciones ambientales son propicias para la infección, es decir, cuando la temperatura es baja (entre 10°C y 21°C) y hay alta humedad, generalmente en la primavera.
¿Cómo y dónde infecta? Las blastosporas que han invernado germinan y producen hifas que penetran directamente en las células jóvenes de las hojas, brotes y frutos en desarrollo. La penetración ocurre principalmente a través de la cutícula, sin necesidad de aberturas naturales como los estomas.
Características: Una vez dentro del tejido del hospedador, las hifas crecen entre las células, pero no forman un micelio denso como otros hongos. El hongo secreta enzimas que provocan la hipertrofia (crecimiento excesivo) y la hiperplasia (división celular anormalmente rápida) de las células de la planta. Esta proliferación descontrolada de células es lo que causa la característica deformación y engrosamiento de las hojas, dándoles su aspecto arrugado y abultado.
Síntomas: La infección se manifiesta con la aparición de las típicas "vejigas" o "abultamientos" en las hojas, que cambian de color de verde pálido a tonos rojizos o púrpuras. Con el tiempo, se forma una capa blanquecina y pulverulenta sobre la superficie de las lesiones, que consiste en una capa de ascas, las estructuras reproductivas del hongo. Cada asca libera ascosporas, las cuales se diseminan y pueden geminar para formar blastosporas, reiniciando así el ciclo y permitiendo que el hongo se mantenga en el ambiente en su fase saprófita.

Características macroscópicas
La infección por Taphrina deformans presenta síntomas muy notorios en las hojas y, en menor medida, en frutos y brotes jóvenes.
Hojas: Las hojas se abultan y deforman, adquiriendo una apariencia arrugada y engrosada.
Coloración: Inicialmente, las zonas afectadas son de color verde pálido, pero rápidamente cambian a tonos amarillentos, rojizos o púrpuras intensos. Con el tiempo, la capa superior de la hoja adquiere un aspecto blanquecino y pulverulento debido a la formación de ascas.
Frutos y brotes: Aunque menos frecuente, el hongo puede infectar frutos, causando abultamientos y grietas. Los brotes también pueden hincharse y deformarse.
Características microscópicas
A nivel microscópico, las estructuras del hongo son muy distintivas:
Hifas: El hongo no forma un micelio verdadero, sino que crece como hifas intercelulares que no se ramifican y que se desarrollan entre las células epidérmicas de la planta.
Ascas: Son las estructuras reproductoras del hongo. Se forman directamente a partir de las células de la hifa y aparecen como estructuras claviformes o cilíndricas sin un ascocarpo definido (es decir, sin un cuerpo fructífero). Se disponen en una capa densa y compacta sobre la superficie de la hoja.midiendo aproximadamente 35-40 x 10 µm. Dispuestos sobre una célula basal tan larga como ancha, de 6-8 μm.
Ascosporas: Cada asca contiene de 4 a 8 ascosporas hialinas, de forma ovalada o elipsoidal. Estas ascosporas pueden geminar para formar blastosporas, que son las que se diseminan. El tamaño de hasta 7 x 5 µm. Lisas y sin contenido lipídico en gotas en su interior.
- Las ascosporas pueden gemar dentro del asco o al ser liberadas, produciendo conidios (blastosporas).